martes, diciembre 27, 2005

La perrunilla solitaria

En esta época de festines y comilonas, no me queda más remedio que evocar a la perrunilla solitaria. Sí, sí, por todas esas veces que se queda un polvorón en la bandeja, un trozo de turrón en el plato o un triste langostino sin bigotes en la mesa, mirándote con ojitos tiernos para que le saques ya de su sufrimiento. Siempre hay alguien que te dice, "Venga, que sólo queda uno", y tú le miras, después de llevar 3 horas cenando, con el dolor reflejado en la cara y aun así, la pena por ese triste langostino afeitado, ese turrón desmigajado o ese polvoroncillo aplastado.
No es demasiado normal que nos metamos semejante cantidad de comida en tan poco tiempo en el mismo espacio en el que normalmente metemos menos de un tercio de esa cantidad. Aunque las fiestas son las fiestas y son sagradas, yo apelo a la solidaridad con esa pequeña perrunilla, solita en el plato, sin más compañía que las migas de las que fueron sus hermanas antes de que nosotros las engullésemos en un ataque de espíritu navideño... ¿es que no tenéis corazón?

1 lindezas:

Andrea dijo...

Por fin me he enterado de lo que es una perrunilla....aleluya!

 

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