martes, mayo 09, 2006

Extremismo

Hasta hace poco se pensaba que sólo los humanos teníamos capacidad de empatía y que ésa, aparte de una inteligencia superior, la capacidad de andar erguidos y la habilidad de hablar, era una de las cualidades que nos distinguían de los animales. Entonces descubrieron que los delfines también tienen esa capacidad. Esto quiere decir que son capaces de ponerse en el lugar de otro y sentirse tristes o felices si el otro se siente triste o feliz, o incluso pueden hacer el payaso si el otro está triste para que deje de estarlo. Eso, si lo piensas, es increíble.
Partiendo de ese punto, de la capacidad de empatía, se me ocurrió el otro día una cosa a raíz de algo que oí. Alguien dijo que, si nos ponemos en el lugar de un palestino al que los israelíes hayan dejado sin casa, hayan asesinado a su padre, a su madre, a su hermanito y a su mujer embarazada, es totalmente comprensible que se aten una bomba al cuerpo y se vuelen en pedazos en medio de la plaza pública israelí (y que cualquiera en esa situación podría llegar a hacerlo).
¿Qué ocurre, qué se te pasa por la cabeza cuando alguien, quien sea, descuartiza a tu familia delante de tus ojos? ¿Cómo te sientes cuando un grupo de gente que piensa que está por encima del bien y del mal, que es mucho mejor que tú, te deja sin trabajo, sin casa, sin familia? Cuando un país entra en guerra, por la razón que sea, las situaciones, circunstancias y formas de ver el problema cambian totalmente para la gente que se ve involucrada. Pero pensémoslo desde el punto de vista del que vive más o menos bien, del que tiene comida todos los días, del que ingresa un dinero a fin de mes y prácticamente su única preocupación es qué interés tiene su hipoteca.
¿No podríamos imaginar, aunque remotamente, la frustración de esa persona, nosotros los que estamos tan lejos? ¿No podríamos llegar a sentir ese mismo deseo de venganza? Porque muchas veces podemos pensar que actúan por un propósito mayor, más importante, en nombre de un dios que les ha prometido una vida en la que no tendrán que trabajar, pagar hipotecas, luchar con su vecino por un terruño que no vale nada; pero en realidad lo que llevan dentro son deseos de venganza, un sentimiento de no quedarles nada más que puedan perder, hasta quizá una leve esperanza de que ese pequeño acto signifique algo, que haga cambiar las cosas.
Bueno, pues yo me planteo, con la cultura que tenemos (por lo menos en España), con los valores que nos han inculcado nuestros padres, ¿qué ocurriría si fuéramos la novia o la esposa de esa persona que decide atarse una bomba alrededor y volarse en pedazos? ¿Cómo nos sentiríamos? ¿Intentaríamos evitarlo? ¿Pensaríamos que es un héroe o un mártir? ¿Qué ocurriría si, después de hacer una cosa así, su acto descabellado no tuviera absolutamente ningún efecto en nadie más que en ti?
Sé que es un tema escabroso y que seguramente nadie, por lo menos ninguno de nosotros, que vivimos en nuestras casas, seguros en nuestro cordial y dialogante país, pagando nuestras hipotecas, y yendo a comprar cosas que no necesitamos, quiera ponerse en el lugar de esa otra persona, pensar en el sufrimiento de los demás y, mucho menos, considerar si nosotros haríamos lo mismo, por muy atroz que sea.
La misma palabra indica que para llegar ahí hay que irse al extremo, y todos sabemos que los extremos nunca son buenos. Pero si lo enlazamos con algo que nos pueda resultar más cercano (por aquello de que por lo menos conocemos a alguien que conoce a alguien que ha sido víctima de algún atentado), pensad si, aunque el camino tomado aquí ha sido completamente distinto (y la situación tampoco es parecida, pero centrémonos sólo en la parte violenta del tema), las víctimas de los atentados no habrán querido pura venganza en algún momento. Es nuestra naturaleza. Somos agresivos, tenemos la violencia en nuestro interior, y por muy pacíficos que seamos, creo que nunca podríamos saber con certeza cuál sería nuestra reacción si algo extremo nos ocurriera. Que no nos toquen lo más sagrado...
 

La memoria de las flores © 2010

Blogger Templates by Splashy Templates