Estamos en verano, y como la gente no se gasta todo su dinero (incluso el que no tienen) en irse de "vacaciones" a sitios donde encuentran a la misma gente pero en un contexto distinto, pues hay rebajas.
Normalmente está en rebajas, aunque yo me pregunto quién se aprovechará de esas rebajas si está todo el mundo de vacaciones, ¿los turistas? Y, ¿quién viene de vacaciones a Madrid si todo el mundo está deseando huir de aquí? Exacto, los guiris. Y por si no les pareciera España ya barata de por sí, vienen en verano y se encuentran con las rebajas. Después de largos días pateándose la ciudad, poniéndose rojos como gambas bajo el inclemente sol español, comprando en las rebajas al cobijo del aire acondicionado causante de la mayoría de las pulmonías, se paran en la Plaza Mayor y se ponen hasta la peineta de una paella malísima y carísima que ponen allí. Eso sí, con vistas.
Bueno, este post es porque ya me ha visto una cosa más de una vez y yo, que no soy una gran consumidora, me río, pero los que de verdad quieran salir a gastarse el dinero de la extra de verano en trapillos y zapatos nuevos, deben estar que trinan. Ya me he encontrado varias veces con un escaparate, los artículos que sean expuestos, con sus respectivos cartelitos con los precios, el antes y el después. Y me hace gracia, porque veo "ANTES 45€, AHORA 42€". "Sí, sí, señora, no desaproveche esta magnífica oportunidad. Antes podían parecerle caros, pero ahora estamos en rebajas y todo es mucho más asequible. Y no me diga, son unos zapatos preciosos, y cómo le favorecen... hacen juego con el color de sus ojos. A su marido le van a encantar".
¡Joder! ¿Qué clase de rebajas son ésas? Sólo les falta poner "OFERTAZA!! ANTES 45€, AHORA 44,50€". Como sigamos así, es a lo que llegaremos. Y mientras tanto, los pobres chavales que han tenido que dejar el colegio para trabajar, con 4 añucos, porque su familia se muere de hambre y cuantas más manos mejor, se chupetean los callos de las manos y se hacen crujir el cuello después de haber estado 16 horas diarias cosiendo los malditos zapatos que ahora cuestan 42€ (y antes 45) y que a ellos les han pagado a 2 dólares mensuales. ¡Ah! Y eso porque tienen suerte, porque ellos no viven en la zona donde viven sus primos, o amigos, o totales desconocidos del pueblo de al lado, donde Estados Unidos (por decir algo) puso una fábrica que terminó vertiendo desechos contaminantes y ahora todos se mueren o tienen bebés con dos cabezas y medio brazo por beber agua de las únicas dos fuentes que tienen para los 50.000 que viven allí hacinados. Y a Estados Unidos (o primera potencia x) no le importa, ellos tienen su dinero y lo demás son daños colaterales (bendito el que se inventó el término, de cuántas ruedas de prensa incómodas libró al Gran País), aunque es una pena que ya no puedan trabajar allí por la demanda que tienen interpuesta desde hace 50 años, con lo barato que trabajaban esos pobres desgraciados. En fin, ¡qué se le va a hacer!
¡Qué bonito día hace! ¡Qué brisilla más agradable corre! Creo que saldré a ver qué pillo por ahí en las rebajas. Puede que hasta me encuentre con algo que esté REALMENTE barato.
Normalmente está en rebajas, aunque yo me pregunto quién se aprovechará de esas rebajas si está todo el mundo de vacaciones, ¿los turistas? Y, ¿quién viene de vacaciones a Madrid si todo el mundo está deseando huir de aquí? Exacto, los guiris. Y por si no les pareciera España ya barata de por sí, vienen en verano y se encuentran con las rebajas. Después de largos días pateándose la ciudad, poniéndose rojos como gambas bajo el inclemente sol español, comprando en las rebajas al cobijo del aire acondicionado causante de la mayoría de las pulmonías, se paran en la Plaza Mayor y se ponen hasta la peineta de una paella malísima y carísima que ponen allí. Eso sí, con vistas.
Bueno, este post es porque ya me ha visto una cosa más de una vez y yo, que no soy una gran consumidora, me río, pero los que de verdad quieran salir a gastarse el dinero de la extra de verano en trapillos y zapatos nuevos, deben estar que trinan. Ya me he encontrado varias veces con un escaparate, los artículos que sean expuestos, con sus respectivos cartelitos con los precios, el antes y el después. Y me hace gracia, porque veo "ANTES 45€, AHORA 42€". "Sí, sí, señora, no desaproveche esta magnífica oportunidad. Antes podían parecerle caros, pero ahora estamos en rebajas y todo es mucho más asequible. Y no me diga, son unos zapatos preciosos, y cómo le favorecen... hacen juego con el color de sus ojos. A su marido le van a encantar".
¡Joder! ¿Qué clase de rebajas son ésas? Sólo les falta poner "OFERTAZA!! ANTES 45€, AHORA 44,50€". Como sigamos así, es a lo que llegaremos. Y mientras tanto, los pobres chavales que han tenido que dejar el colegio para trabajar, con 4 añucos, porque su familia se muere de hambre y cuantas más manos mejor, se chupetean los callos de las manos y se hacen crujir el cuello después de haber estado 16 horas diarias cosiendo los malditos zapatos que ahora cuestan 42€ (y antes 45) y que a ellos les han pagado a 2 dólares mensuales. ¡Ah! Y eso porque tienen suerte, porque ellos no viven en la zona donde viven sus primos, o amigos, o totales desconocidos del pueblo de al lado, donde Estados Unidos (por decir algo) puso una fábrica que terminó vertiendo desechos contaminantes y ahora todos se mueren o tienen bebés con dos cabezas y medio brazo por beber agua de las únicas dos fuentes que tienen para los 50.000 que viven allí hacinados. Y a Estados Unidos (o primera potencia x) no le importa, ellos tienen su dinero y lo demás son daños colaterales (bendito el que se inventó el término, de cuántas ruedas de prensa incómodas libró al Gran País), aunque es una pena que ya no puedan trabajar allí por la demanda que tienen interpuesta desde hace 50 años, con lo barato que trabajaban esos pobres desgraciados. En fin, ¡qué se le va a hacer!
¡Qué bonito día hace! ¡Qué brisilla más agradable corre! Creo que saldré a ver qué pillo por ahí en las rebajas. Puede que hasta me encuentre con algo que esté REALMENTE barato.