Hay días en los que haces mil cosas y aún así, cuando llegas a casa por la tarde-noche, tienes la sensación de haber perdido el tiempo. "He pasado mil años en el metro", "el autobús no iba lo bastante deprisa", "siempre me toca la cola lenta en el súper"... todos conocemos esos días.
Sin embargo, no sé por qué, cuando paso varias horas metida en una cafetería con un buen amigo nunca vuelvo a casa pensando que he perdido la tarde.
Sin embargo, no sé por qué, cuando paso varias horas metida en una cafetería con un buen amigo nunca vuelvo a casa pensando que he perdido la tarde.
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