La lectura en España

La primera región de España en lo que se refiere a los hábitos de lectura es la Comunidad de Madrid, donde un 64% de la población mayor de 14 años se considera lectora de libros, de acuerdo con los datos del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por Precisa Research para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).Por detrás de los madrileños, las regiones con mayor población que dedica parte de su tiempo de ocio a la lectura de libros son La Rioja (61%), Canarias (58%), País Vasco (58%), Cantabria (57%), Castilla y León (56%) y Navarra (56%), todas ellas con cifras superiores a la media nacional (55% de lectores frente al 45% de la población que asegura no leer libros nunca o casi nunca).

Esto es lo que dicen las estadísticas sobre lo que leen los españoles, las mismas estadísticas que dicen que los españoles cobran de media 700€ al mes. Claro, si uno cobra 1.000€ y otro 400€, de media cada uno cobra 700€, pero vé y díselo al que cobra los 400€, a ver si le cunden como 700€. Bueno, pues después de la clase de matemáticas, tengo mi opinión sobre lo que leen los españoles.Siempre me ha fastidiado mucho la gente que no lee, no porque no lea, sino por lo que perjudica a los demás que no lo hagan. ¿Que creéis que el que uno no lea no perjudica a los demás? Pues sí que lo hace. Por ejemplo, ¿cuántas veces no habéis podido entrar en algún sitio porque alguien no hacía más que tirar del picaporte cuando había un cartel enorme en la puerta que ponía "empujar"? O, para los que vivimos en Madrid, ¿cuántas veces llegas a una estación de metro y las máquinas automáticas de billetes están rotas porque la gente no lee en la pantalla que no se puede meter el dinero hasta que seleccionas el billete?

Además, estas navidades estuve trabajando en la FNAC, sí, sí, esa tienda enorme donde venden discos, libros y aparatos electrónicos. Me causaba mucha pena y frustración ver cómo la gente trataba los libros. Los dejaban de cualquier manera, los tiraban y no los recogían, rompían las tapas, las hojas,... en fin, la gente no sabe lo que se pierde por no leer. Se entregan a la televisión, de fácil ingestión cerebral, se apoltronan en el sillón y no se preocupan de que sus neuronas se arruguen como pasas, que su vocabulario encoja como la lana en agua caliente o que su imaginación quede reducida a la nada. Compran libros en Navidad porque está de moda, porque queda bien en las estanterías, aunque nunca jamás los toquen si no es para quitarles el polvo, que ya toca.