miércoles, agosto 24, 2005

Las vacaciones y los amigos

Hace poco, mis amigos y yo organizamos una mini-escapada. Desde que hemos acabado la universidad ya no nos vemos tanto como quisiéramos y, por nada del mundo, queremos perder el contacto.
La idea de irnos juntos de vacaciones de vez en cuando surgió en Egipto. Allí estábamos todos (bueno, casi todos, nos faltaba uno importante), disfrutando del sol, el barco, la buena comida, las caminatas viendo cosas increíbles, los paseos en faluca, las caravanas de camellos y aquel increíble paisaje en pleno febrero, justo después de los exámenes. Parecía que el tiempo se había detenido y habíamos acabado atrapados en un sueño.

En ese viaje descubrimos que éramos mejores amigos de lo que pensábamos, que nos gustaba estar juntos, que nos gustaba cotillear y sentarnos a tomar el té mientras dejábamos pasar las horas.
Por eso organizamos el viaje a Alemania en marzo. Por eso hemos hecho esta mini-escapada en agosto.


La verdad es que ha sido fugaz (y nunca mejor dicho), pero en este nuevo viaje nos hemos dado cuenta de que la verdadera amistad es cuando pasas un año sin ver a alguien y, cuando te vuelves a encontrar, es como si nunca hubiérais estado separados.

Este post es para mis piñones, porque todos formamos parte de la piña y siempre estaremos juntos, aunque algunos piñones anden un poco despendolados o los deberes les tengan apartados momentáneamente. Además, que nadie piense que nos vamos a cualquier parte. Nuestros destinos son elegidos con cuidado y mimo, son de lo más selectos, ya sean nacionales o internacionales. ¿A dónde iremos en nuestra próxima aventura?

3 lindezas:

Anónimo dijo...

Pues...como parte de esa piña indivisible, tengo que decir que estoy plenamente de acuerdo con cada cosa que escribes. Desde luego, nuestras escapadas consiguen que nos volvamos a sentir vivos de nuevo, con mil cosas que decir, compartiendo las risas y el silencio, devorando las croquetas, la sidra, la comida china, los kebabs...
ay, la amistad! qué bueno es tenerla...pero quizá es incluso más bonito redescubrirla y saber que el tiempo nunca acaba con lo verdadero...

Anónimo dijo...

JOPETAS, VAIS A CONSEGUIR QUE LLORE,....:_(
EN FIN, QUÉ PUEDO DECIR? QUE OS QUIERO UN MONTÓN Y QUE ME ALEGRO MUCHO DE QUE A PESAR DE LA DISTANCIA Y DE LOS DERROTEROS DE LA VIDA, SIGAMOS SIENDO AMIGOS.
LAS COSAS BUENAS HAY QUE MANTENERLAS CERCA, Y LOS BUENOS AMIGOS NO HAY QUE PERDERLOS. ESTEMOS DONDE ESTEMOS.
ANTES MUERTA QUE SIN PIÑA!!!!:)

Carlos Ferrero dijo...

¡Eh, esa espalda es mía! ¡Y esa foto no la tengo!

Me alegro muchísimo, de verdad, de que hayáis disfrutado al máximo del verano (yo he estado "pringando" estos meses, snif), y os animo a que mantengáis vuestra amistad lo más viva posible, a pesar de la distancia. En una profesión tan individualista como la traducción, los amigos valen más que el oro.

Os deseo lo mejor, mis queridos piñones, donde quiera que estéis. Un abrazo a tod@s. Y si pasáis por Zamora o Salamanca, ya sabéis dónde me tenéis.

 

La memoria de las flores © 2010

Blogger Templates by Splashy Templates