domingo, octubre 08, 2006

Sobrinidad II

Bueno, ya estamos en octubre y el momento se acerca. Nadia está a punto de nacer y el otro día me dí cuenta de que estoy nerviosa por eso. Voy a ser tía... ¡¡voy a tener una sobrina!! Casi no me lo puedo creer. Mi hermano dice que en la última ecografía ha salido increíble, que va a ser preciosa, pero tampoco me puedo fiar... es su padre, ¡qué va a decir!
Sé que estoy nerviosa por que vaya a nacer porque ya me he imaginado todo lo que vamos a hacer juntas en los próximos 15 años... eso me deja bastante margen para pensar en los 15 siguientes, creo yo. El caso es que ni siquiera ha nacido todavía y yo ya estoy pensando a dónde la voy a llevar en su 15 cumpleaños... ¿creéis que es demasiado? El Hombre que Tanto Trabaja me dice que me calme un poco, que aún queda mucho tiempo, pero sé que me va a dar la sensación de que no paso el tiempo suficiente con ella, de que aún hay mucho por enseñarle, por que vea, por que experimente... supongo que es como una segunda oportunidad para experimentar el mundo.
Supongo que lo peor que me podría pasar es que fuera una niña imbécil (no os creáis, hay que pensar en todo), porque eso es un problema muy grave, ¿qué pasa si tu propio hijo (indirecto para mí, en este caso) te cae mal, si crees que es un imbécil integral? Siempre te quedaría la opción de ahogarlo o de comértelo con patatitas, pero tengo entendido que en la mayoría de las culturas no está demasiado bien visto :0( En este caso, yo siempre tengo la opción de mandar a la niña con su madre, pero aun así me fastidiaría bastante.
Al principio siempre te conformas con la familia que tienes, más que nada porque no te queda más remedio; pero con la edad te vas dando cuenta de que por que sean familiares no tienen por qué caerte bien, ni siquiera caerte, y es posible que hasta te caigan francamente mal. Pero luego, también con la edad, te das cuenta de que cada uno tenemos lo nuestro y que nosotros tampoco tenemos por qué caer especialmente bien a nadie. Es lo que tienen las relaciones personales. La diferencia entre la familia y cualquier otra relación personal es que no lo eliges tú, más bien te toca. Y bueno, pasa lo que pasa.
Pero sin desviarme del tema, aunque creo que todos nacemos con nuestra propia personalidad, siempre son nuestros padres y nuestro entorno los que la moldean. Así que, papás de la criatura, por favor, haced la niña más increíble del mundo. Por favor.
 

La memoria de las flores © 2010

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