jueves, marzo 18, 2010

Sadhana de 30 días con Marianne - Encontrar tu sankalpa

Como dije ayer, el sadhana empieza el domingo y tengo hasta entonces para hacerme a la idea y para encontrar mi sankalpa.

He intentado ponerme a ello, encontrar un sitio tranquilo en mi interior para averiguarlo, y aunque mi cuerpo y mi mente casi me están gritando cuál debería ser mi sankalpa, quiero que todo a mi alrededor se pare para que venga a mí tranquilamente. Lo único que esto demuestra es todo el trabajo que tengo por delante aunque ¡madre mía! ¡qué ganas tengo de hacerlo! Todo mi ser me lo está pidiendo de rodillas.

No sé cómo explicarlo. Observo a la gente a mi alrededor y lo único que veo es cómo se mueven. Pero no es que esté intentando relajarme por culpa del movimiento desenfrenado de mi alrededor, como si estuviera estresada, no. Veo cómo se mueven y aunque puede que ese movimiento parezca desenfrenado por eso de vivir en una gran ciudad y tal, la sensación que me da es de que está mal. Se mueven pero por los motivos que no son, en dirección equivocada, con la intención que no es. Es como si no pudieran seguir el ritmo. Así que lo que quiero es parar mi propio movimiento desenfrenado equivocado y corregirlo. Aprender cómo moverme fluídamente, siguiendo el ritmo que hay debajo de toda esta fachada artificial y falsa. Quiero poder respirar y moverme libremente, sin las ataduras que siento ahora. Quiero ser libre.

Así que intento sentarme, imaginarme en una playa de arena blanca. Sé que es una playa porque oigo las olas, aunque no veo el mar. Siento la brisa cálida sobre la piel, el sol calentándome el pelo. Estoy cómoda y el aire huele a naturaleza, a sal y a verano. Ahora veo que alguien viene hacia mí desde el horizonte, pero no se distingue bien, como en un espejismo. Poco a poco los bordes de sus formas se van haciendo más nítidos y veo que es una chica, una mujer, que camina despacio. Camina con confianza e irradia una especie de paz como en ondas. Cuando por fin llega a donde estoy sentada, me doy cuenta de que soy yo. Se inclina hacia mí, se pone la mano en forma de cuenco en la boca y me susurra algo al oído. "Equilibrio, amor", me dice. Ése es mi sankalpa.

Gracias, parte más tranquila y mejor de mí. Hueles bien.

La canción de hoy es Unwritten, de Natasha Bedingfield.
 

La memoria de las flores © 2010

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